Dedos como veleros navegando sobre un mar de blancas y negras melodías. Sinfonía de truenos y voces de niños. Resonancia en el corazón. Pequeñas cuerdas de pensamientos equívocos. Notas de fascinación. Pero al final sólo queda en la memoria el pentagrama de tu armoniosa voz.
Asumo
Hace 11 horas
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